Por qué no utilizo LaxVox en mis sesiones de Logopedia

LaxVox se ha convertido en trending topic para el cuidado de la voz y Google está lleno de entradas que recomiendan el uso de este método para mejorar las disfonías, ya sean de tipo orgánico o funcional. 

Pero por si no lo conoces (cosa rara...) te resumo sus principales características: 

  • Materiales: tubo de silicona de 35cm de largo y entre 9-12mm de diámetro, botellín de agua lleno hasta 3/4 partes.  
  • Metodología: el paciente se coloca un extremo del tubo entre los labios procurando mantener forma de "u", el otro extremo se coloca dentro de la botella a unos 2cm de profundidad. Una vez preparado, el paciente debe realizar los ejercicios de fonación, que provocarán un burbujeo dentro de la botella. 

Aunque sus creadores (Sihvo, M. y Denizoglu, I.) sí que mencionan que se debe buscar una voz fácil, el método LaxVox no aborda, desde mi punto de vista, algunos problemas típicos de las disfonías y a algunas personas con hiperfunción vocal les provoca disconfort e irritación vocal. En este sentido, me parece mucho más interesante para los logopedas la visión que aporta Amy De La Bretèque (2000, 2010, 2013), pionera en la introducción del "método de la cañita" en nuestro país. 


Por eso, partiendo de la base de Amy de la Bretèque y añadiéndo mis conocimientos sobre Estill Voice Training y mi experiencia en la rehabilitación vocal, he creado mi propia adaptación de este método. Pero confieso que no me he inventado nada, simplemente he puesto un poco de lógica "rehabilitadora" en el uso de la cañita, atendiendo a aquellos aspectos más alterados en las disfonías: el exceso de presión subglótica, la pérdida de resonadores anteriores, la falta de espacio en la oro-faringe y la hiperfunción a nivel del músculo tiroaritenoideo. 


Teniendo en cuenta estas premisas he visto que todas, absolutamente todas las personas con disfonía que he tenido en consulta y que ya habían practicado con LaxVox, notaron que mi forma de trabajar con la cañita les proporcionaba más confort vocal, menor esfuerzo en la fonación y mayor sensación de facilidad en la emisión vocal.  


Y es que muchísimas veces lo más importante no es el ejercicio en sí mismo, sino cómo se hace. Y para las disfonías no funciona lo mismo que para las voces sanas, igual que no se entrena igual un deportista lesionado que sus compañeros de equipo. 


Y vosotras, ¿utilizáis LaxVox? 

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